El coro de tus manos en mi cuello
estrangularon aliento que soñó luna llena.
Es en el último estertor de mis visiones
que superlativa de sexo hiriente
desangraste la carótida de mis ideas,
saboreaste mi corazón aún palpitando,
mordida que fue dolor en mi cuerpo inerte.
Descuartizas toda evidencia que te acuse,
olvidando mis ojos al pie de la verja
donde retengo tu foto silente en mi retina.
Así desaparezco en la crueldad de tus recuerdos,
segregando olvido en la fosa común de los sin nombre.
martes, 27 de noviembre de 2007
Segregando olvido
Un delirio de Adrian en 16:54
Poemario: Desde el ocaso del alma
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