Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

domingo, 5 de abril de 2009

Raíz de tu cuerpo

Hoy hago una fiesta de silencios
con nombres conocidos
revolviendo con suave murmullo
la imagen corpórea de tus sílabas.
Si no me hicieras tanta falta
aullaría del hastío de pensarte
y caminaría con sed de amante
sobre vientres advenedizos
olvidando en la mañana
el gemido de las sábanas.
Ah, que aquí estoy esperándote,
soñoliento, meditabundo,
cansado pero no rendido.
Si no me hicieras tanta falta
cobraría bien cara esta distancia
acompañada de tu mutismo.
Sin embargo,
te encuentro en todas partes,
en la almohada dormida,
en mi cama soñando,
sobre la brisa sentada
acariciando mis pulmones.
Qué más da el paso de los siglos
si de esperarte
soy raíz de tu cuerpo
las pupilas de tus labios errantes.
Si no me hicieras tanta falta
olvidaría la vida misma,
al menos la que vivo contigo,
cruzaría el umbral gris
de una tarde colmada de olvidos.
Mas te amo, y mis huesos
se detienen, fijando los sentidos
en ese horizonte harto conocido
que son tus ojos en mi vida
la felicidad tatuando
cuando te abrazo.
Si no me hicieras tanta falta
escurriría mis párpados
del kilogramo de tiempo
acumulado en nuestra historia,
sin embargo,
desnudo tu cabellera encendida
y penetro la selva de tu piel emancipada,
absorbiendo la esencia mutua
que nos hace pensamiento
conquistando el tiempo que resta
para fundir nuestras almas.

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