Trémula la mirada vaga
entre barricadas de incomprensiones
y una lágrima que solo el color
de la noche conoce
rueda desde tus gritos silentes
hacia la risa espontánea.
Las multitudes varoniles
quedan mojigatas en tu superficie,
debajo de la piel el alma encantada
reino a poblar con nuevos amaneceres.
Y así vas, haciendo sombra con tu estatura
doblegando conceptos de belleza,
renovando en todos la existencia
al traspasar el umbral de tus ojos.
Solo si tan solo
-
Divaga sobre mí el resonar de tus palabras
en un sinfín de peros, paras, porques
que me turban y perturban.
Me ensordece el grito que mi boca calla
para...
Hace 9 años
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