Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

martes, 29 de enero de 2008

Escalera vacía

Cuesta arriba
la invisible apariencia
de un sueño
del alma desprendido,
perdido en los pasos,
en cada escalón
acercándolo al olvido.
Mis pies grávidos
hacia el subsuelo
donde van los pasos
escalera abajo
en vacíos peldaños,
luminiscente sombra
que fue estampa,
el diario solo menciona
abandono de fronteras,
incisión de venas.
En la baranda
solo el legado
de huellas digitales
separándose en
direcciones impares.
Escaleras sin vida
residuo de tormentas,
los fantasmas
se agolpan
a mi puerta
desangrando el camino
que ha de llevarme
de regreso
a mis infiernos.

lunes, 28 de enero de 2008

No me alcanza la sangre

No me alcanza la sangre
para tanto viento caníbal
que mis entrañas devora.
Crujen las tablas del escenario,
roca dulce que en mi pecho habita,
pesado el paso de mis manos
y mi sonrisa es mueca
calmando el espejo del silencio.
Si pudiera haría isla
sin mar ni vida
cremación de penas absurdas
destrozo de venas sin paraíso
corriendo al abrazo tardío.
No encamino el verbo
ni de soslayo cultivo nubes,
reaparece el siglo que duele
en los dedos que sobre párpado cerrado
dijeron adiós al frío cuerpo.
Llevar la muerte en los ojos,
arrastrar la mortaja ignorada
fue viaje sin regreso
al presente futuro que me anima,
alma moribunda en gris tarde
volviéndose la nada,
ni un recuerdo.

lunes, 21 de enero de 2008

Del sueño pretérito

Raído el manto
de la noche
que cubre
el ladrido
del espejo,
supongo
una grieta
donde cayó
el amasijo
que fue
la vida
no vida
que arrastran
mis tobillos
fracturados.
Al borde
de una pesadilla
está la almohada
que ahogó
el espanto
de un silencio,
mortal caricia
de Caronte
sobre mi hombro.
Sobrevivo sin alma,
desnudo el hígado
y los tendones
que abrigan
la resistencia,
morfina
para mis visiones.
Para qué
tanto verbo,
ilusión óptica
de gris sonrisa,
carne postal,
afrodisíaco desechable,
una tumba
no repara
relojes abandonados,
el tiempo
escupe el rostro
tras gélido
discurso
de huesos rotos.
Hacer mariposa
succionar glóbulos
que la distancia
alberga en dispar
evento
de almas muertas
fiesta de nosotros,
la nada
del olvido,
el reflejo
transparente
y la pupila
de sal diluida.
Despierto,
acalambro mis manos
con el tonto
saludo refugio.
Todo es vivir
lo que no fue,
ser lo que
se vivió,
presente,
pretérito,
tan confundido
estoy...
Mi huella
no es huella,
solo lamentos
que sobre
las esperanzas
han muerto.

miércoles, 9 de enero de 2008

Quebrado en la nada

Desde el asfalto hacia el mar
deambula la pupila dilatada
de un pretérito tirano
cráter de grito en suspiros.
Desahogo el temblor
de rodillas quebradas
con cada golpe comprado
herencia del vicio masoquista.
Escamotear una mirada,
sonreír el hielo enlodado
tras cada cámara oculta
y el alcohol del rechazo.
Un cigarro distante,
bocanada disipando entrañas.
Mi corazón queda cortado
por la metralla de luces
robadas al silencio
del vivo sepulcro
que grabado tu nombre
desgarró mi tráquea.
Fútil descanso
de noches sin presente
estrujada luna
espejo de mi rostro.
Cada vértice de un llanto
es dimensión oculta
de mis vísceras adyacentes
implorando sangre
para las venas.
Encadenado el húmero atrevido
al cúbito que fabricó
saludos y abrazos a lo lejos,
con médula escurrida
por la piel maldecida.
Solo el salitre
aguarda en mis pestañas,
gema tras lóbulo ocular
amplificando olas
del tintero que escucho
destrozándome,
lanzándome al vacío
que en la nada vivo.