Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

jueves, 27 de septiembre de 2012

El pasado

El pasado cataclismo del presente
se hizo amanecer sin espera ni cielo.
Del silencio saltó el vocablo olvidado
la huída de manantiales mesiánicos
entre risas y lágrimas sal un tormento.

No importa el color de la lápida
si la vital ausencia oxigena los latidos
arrojados al vitral de escenas grises.
Despierto entre fragmentos de tiempo sepultado
y en cada párpado la cerradura oculta
que ha de salvarme del abismo ante el espejo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Rendición

No fue hasta la escucha
de mareas en mi puerta
que la repentina brisa
acudió certera con tu nombre a cuestas
y el eco de tus alas en mi laberinto
rindió mis murallas al instante.

Fue la predisposición de astros
tal vez mis instintos rebelándose
en la cárcel de mis afectos.
Al final, o mejor al principio,
estoy resonando con el vaivén de olas
descubriéndote en mi patio
sin haberte invitado.

Insomnio

Cesa la noche
y la resaca de insomnio
revela el misterio
porqué tu lluvia
es mi tormenta
y la simple espera
del amanecer
una oportunidad más
de rescatarme
contigo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Brevedad infinita

Un milisegundo de esperanza,
un gramo de amor volcánico,
una chispa de hoguera en la playa,
todo en la brevedad de una mirada
sol risueño, luna sensual, eclipse infinito.

¿Dónde estoy?

¿Dónde estoy?
La rapidez de un aciago tormento,
el vendaval de luces hacia mi rostro
es sinfonía adulta de las edades
y con la pared arropando mi sombra
mis manos quedan atadas a tu piel
marcando las horas de tus párpados.

¿Dónde estoy?
La ausencia de palabras me aniquila,
como la mirada furtiva sin destino,
quiero llegar a las costas de tu alma
desde fronteras de sol naciente.
Entonces me detengo
porque no sé dónde estás ni a dónde voy
si me falta la brújula de tus ojos,
el norte de tu alegría.

Soñándote

Suspiré el aroma de un verso
apenas el sol se escapó de tus manos
y dibujó una sonrisa luna en mis ojos.
Un paisaje nocturno de luces alborotadas 
sumerge las paredes del tiempo 
en letargos de miradas piel enrojecida,
a merced de una bandera roja en la playa
las olas te acercan a la tempestad de mis costas.

Tu presencia música una fiesta de labios
tras la alegría de encontrarte una vez más
en el camino de mis pasos recordándote
y el eclipse de un saludo temprano
desborda el eco de nuestras palabras
que sobre el viento noble de tu mirada
me acerca al manantial de musas y dioses,
tenerte cerca es viaje seguro al Olimpo.

Estoy buscando la palabra exacta que invocas,
el instante oportuno de primaveras risueñas,
siempre en la esquina de una calle desierta
apareces cual bullicio de transeúntes
atrapando la vida con tu piel nácar un océano
y me sumerjo en la miel de tu voz...
viviéndote primero y soñándote luego... cada noche...

sábado, 15 de septiembre de 2012

Romance en azules

Rinoa -- Adrian

La noche de los mamíferos
con el cuerpo de dos algas,
y el corazón marino de la seda,
empezaba en una habitación de lluvia.

Madre perla de caricias
fueron gotas de sudor resuelto,
y las olas de tu piel delfín
mar bravo arrecife de tus besos.

Surcando tu marea,
impedirte los brazos a llanto,
acudí a tu salitre,
muriendo en el arrastre del deseo.

Revivo con cada suspiro de tus manos
cuando el ocaso me lo como de tus dedos
y un Sol tardío me arroja a tus playas húmedas
perdiéndose entre las dunas de un aguacero.

Tu piel en mis manos aprisionada,
velero de rápido vuelo en mis labios atrapado
tu pecho y espalda, sábanas en movimiento
que alzan el color de cada poro sediento.

Quedamos en la profundidad del éxtasis,
silencio respirable de habitación en arcoriris
sobre mar fundido por nuestras manos y labios.

Repiqueteábamos en la ventana
con el aliento de nuestros cuerpos cansados
y el vicio cual espuma sin rostro.

Navegando por tus aguas profundas
naufrago en tantas locuras incesantes
y dejo en tus muslos dulce tatuaje.

Cabalgando vida cual eternos delfines
rompimos mar en tormenta insaciable.
Se envidiaron risueños la sal y el azúcar,
amaneció la lujuria que ató dos vidas
y los gemidos dibujaron constelación de besos
absorbiendo el azul de los océanos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Calles desiertas

Caminé a la deriva calles desiertas
hasta llegar al mar de mis historias,
la calma de la ola que me abriga.

Soñé despierto bajo estrellas sin dueño,
cubrí los segundos con el manto de tiempo
robado al pasado, sed fugaz de retroceder
y encontrar rostros silentes en la niebla.

Entonces sin más estrella que el presente
me percaté del sentimiento ausente,
la vital savia que entre mis manos escapaba.

Ahí estás, entre risas y anécdotas,
en el día a día sin esperarte, transparente.
Hoy en la mañana despierto sin brújula,
apenas con la vaga ilusión de recuperarte
porque tal vez ya amaneció en tu piel
y los eclipses adversos en que vivo
me alejan sin remedio de tu sonrisa
queriéndote mía, inevitablemente.