Los planetas que me habitan, rocas que a un sol adoran,
monasterio fugaz de dioses alejados de la realidad,
y una mano tendida a la luna más cercana.
Que el vacío sostiene todo cuanto es universo,
las mareas son el vaivén de los satélites,
mis mañanas siempre amanecen de un sirio en lo alto,
faro de mis ancestros aprobando mis actos pasados y presentes.
El futuro es la especulación de palabras no escritas,
el tiempo que se nos acabó para conocer qué hay más allá,
frontera establecida por nuestros astros agotados,
y en lo alto del cielo tu voz bordada en la postrera expresión
de un te quiero limitado a un simple olvido.
Un cometa despide un haz de luz cegadora
cual mirada nueva tras resplandor de tus ojos un suspiro.
martes, 31 de julio de 2007
Astros
Un delirio de Adrian en 12:30
Poemario: Desde el ocaso del alma, Despertares, Somos
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