Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

jueves, 22 de octubre de 2009

El arcoiris de un sueño

Saturno de anillos prohibidos,
Urano de colores nobles,
cometa deslumbrando horizontes,
surcas el espacio reservado
para dioses acomodados en su Olimpo.

La Luna es rebelde
cuando la noche conoce de tus pasos
y el Sol es ausencia de la tarde
cuando acudes a una playa lejana
liberando el arcoiris de un sueño.

Manantial de amor infinito

¿Quién dijo que eres mía?
Eres libre como el viento,
sedienta estepa
de mis abrazos lluvia.

¿Quién te hizo musa?
Eres la no división de ti misma,
íntegra en todos los sentidos,
manantial de amor infinito.

¿Quién habló de olvidos?
Eres la reencarnación del tiempo
que transcurre si de tus labios
se desprende mi nombre.

¿Quién vislumbró ocasos?
Eres amanecer que no expira,
candil de milenios volviendo melodía
el latir de nuestras vidas.

El umbral de tus ojos

Trémula la mirada vaga
entre barricadas de incomprensiones
y una lágrima que solo el color
de la noche conoce
rueda desde tus gritos silentes
hacia la risa espontánea.
Las multitudes varoniles
quedan mojigatas en tu superficie,
debajo de la piel el alma encantada
reino a poblar con nuevos amaneceres.
Y así vas, haciendo sombra con tu estatura
doblegando conceptos de belleza,
renovando en todos la existencia
al traspasar el umbral de tus ojos.

Desconocida y eterna

No te conozco,
sin embargo te pienso.
No sé nada de ti
y te encumbro, te corono de rosas
elevándote al Olimpo.
No necesito más
que el despertar de tus ojos en mis labios.
No reparo en buscarte,
quiero conocerte,
disolver mi piel en tu esencia.
No sé nada de ti
y te hago diamante, mágico bálsamo
de la eternidad soñándote.
No te conozco,
no importa...
te busco para crear juntos
una nueva dimensión en nuestro universo.

Las ventanas de tu alma

Son las ventanas de tu alma
el camino abierto a una plegaria.
Si sonriendo reverdece el césped
que bajo tus pies te saludan
el mundo no es más que jardín
a merced de tu esencia.