Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

sábado, 8 de diciembre de 2007

Hijo mío

Hoy quiero cantarte
hijo que no tengo,
del sueño que eres
en mis días y noches.
Te juzgo travieso
si me miro en el espejo,
pero agradable angel
que en mis brazos duerme.
Si supieras mi deseo
de verte en la realidad
que cuando otros niños
cruzan mi camino
imagino tu sonrisa y abrazos.
No estás hoy
porque los planes son malos
cuando la felicidad falta
y querido mío,
te quiero sonriente
rodeado de cuatro manos
que te idolatren.
Mañana hijo mío
sé que estarás en mi cama,
tirando todo al suelo,
jugando con tus pies pequeños,
haciendo un festival de almohadas.
Feliz te quiero, saludable,
cariñoso y respetuoso,
devolviéndome el alma al cuerpo
las tardes en que regreso del trabajo,
ser el orgullo de tu madre.
Un día vendrás
sin el cuento de la cigueña,
crecerás y seguirás siendo un crío
frente a mis ojos que te sueñan.
Entonces hijo mío
no desesperes,
que le demora de tu llegada
ha sido el derrotero triste
de mis caminos.
Pero si de algo estoy seguro
es que no me iré de este mundo
sin conocerte.

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