Lapidada la mirada
que sobre tus párpados
enrojeció las mañanas,
un presente continuo
es la voz diluida en la nada,
la palabra mustia
entre espejos lluviosos.
Un día fue la noche
cuando de tu cuerpo
arranqué esquirlas
de tristezas pasadas,
gris fue tu sonrisa
templo de un arcoiris
surgiendo de tus manos
cual lápida sin cruz
gélida visión de flores azules
reencarnación sin alma.
Ayer fuiste la luna
hoy un sol asesinado,
es esta habitación
un sepulcro sin tu risa,
sin las ocurrencias
que desplegaron tus alas.
Caímos desde lo alto,
demasiado calor
para nuestra brisa de cera,
el mar abismal destino
de nuestras proximidades.
Sin más ansias
que mis poros sangrantes,
realidad de garganta
sin sonidos cercenada,
quedo insepulto de verdades
al margen del camino
que no fue sino espejismo.
Y en la gruta
de mis ojos vacíos,
desnuda la calavera,
una procesión de animalejos
hacen la despedida
desde la humedad perenne
de mis lagrimales vencidos.
sábado, 25 de octubre de 2008
Lagrimales vencidos
Un delirio de Adrian en 0:37
Poemario: Desde el ocaso del alma, Despertares, Somos
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