Desde el asfalto hacia el mar
deambula la pupila dilatada
de un pretérito tirano
cráter de grito en suspiros.
Desahogo el temblor
de rodillas quebradas
con cada golpe comprado
herencia del vicio masoquista.
Escamotear una mirada,
sonreír el hielo enlodado
tras cada cámara oculta
y el alcohol del rechazo.
Un cigarro distante,
bocanada disipando entrañas.
Mi corazón queda cortado
por la metralla de luces
robadas al silencio
del vivo sepulcro
que grabado tu nombre
desgarró mi tráquea.
Fútil descanso
de noches sin presente
estrujada luna
espejo de mi rostro.
Cada vértice de un llanto
es dimensión oculta
de mis vísceras adyacentes
implorando sangre
para las venas.
Encadenado el húmero atrevido
al cúbito que fabricó
saludos y abrazos a lo lejos,
con médula escurrida
por la piel maldecida.
Solo el salitre
aguarda en mis pestañas,
gema tras lóbulo ocular
amplificando olas
del tintero que escucho
destrozándome,
lanzándome al vacío
que en la nada vivo.
Solo si tan solo
-
Divaga sobre mí el resonar de tus palabras
en un sinfín de peros, paras, porques
que me turban y perturban.
Me ensordece el grito que mi boca calla
para...
Hace 9 años
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