Sé que la felicidad apenas alcanza
a surtir efecto en nuestras pieles distantes,
que la palabra viva y el beso pletórico
de te quieros innombrables
jamás tomarán el lugar de los abrazos.
Sin embargo, te conozco eterna,
llama de mis veladas nombrándote,
pedestal de mis pasiones.
El escenario de nuestras realidades
amenaza con desintegrar nuestra luna
con eclipses de poemas sin retorno.
Entonces el amor se aferra al recuerdo,
cada susurro se torna en concierto
si de escucharte como te escucho todas las noches
vuelves a mí con el silencio de la luna
y el fulgor de miles de soles a mis labios acudiendo.
Solo si tan solo
-
Divaga sobre mí el resonar de tus palabras
en un sinfín de peros, paras, porques
que me turban y perturban.
Me ensordece el grito que mi boca calla
para...
Hace 9 años
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