Mármol gris que sobre mis huesos descansa,
sombra de gárgolas que a mí acuden
cuando de luz Sirio indica ancestral camino.
Soy la vida de un después renacido,
polvoriento espectro que los pies arrastra
y el brazo, que a duras penas sostiene
los restos de mis pies cansados de roedores,
se alza solemne bajo cálida luz de luna
implorando el sueño robado de una lápida.
La turbulencia de las hojas en el asfalto
recrea historia de otras estaciones,
reloj de arena en retroceso,
luna en el lagrimal seco de las emociones.
Capto la idea rápida de un craneal eco
que suspira por las oquedades de un rostro
cansado de ser festín de las noches,
correr al polvo, a las llamas que purifiquen
alma atrapada en terrenales despojos.
martes, 20 de noviembre de 2007
Despojos
Un delirio de Adrian en 19:22
Poemario: Desde el ocaso del alma
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