Fue el grito de tus ojos un silencio
la desnudez propia del desengaño,
fueron años, increíbles años de ensueño,
mágica mirada absorta en paraísos de metáforas.
Amé cada respiro de tus frustraciones,
el abrazo que no por lejano sentí tan adentro,
fugaces los desencuentros de temperamentos
y situaciones colmando el límite de la paciencia.
Sin embargo, allí estuve desde mares adyacentes
culminando en nube y temporales blancos
la sublime costumbre de pensar en ti, soñarte...
No niego las horas buscándote,
ni el vendaval de emociones que descubrí contigo,
amo cada retazo de nuestra historia
salvada de los recuerdos condenados al olvido.
Eres la obra maestra que no sucumbe con los siglos,
tal vez un cometa que surgió de la nada
para iluminar la oscuridad del firmamento,
breve, pero tan intenso como el camino labrado
en la raíz de mi vida conociéndote.
Amo cada rincón de espasmos nocturnos,
la risa que sobrevoló arrecifes en pos de un beso
y quedo así de brazos abiertos alejándome
de tu alma ceñida de universos,
buscando nuevos horizontes que han de hacerme feliz
como cada segundo soñé sería contigo.
Solo si tan solo
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Divaga sobre mí el resonar de tus palabras
en un sinfín de peros, paras, porques
que me turban y perturban.
Me ensordece el grito que mi boca calla
para...
Hace 9 años