Recíproco

No soy el césped de tus pasos,
Alfombra de tus caprichos,
Guardián de tus pesadillas,
Ni eunuco de tus noches.

Mira en mí al hombre
Que cada mañana despierta
Junto a tus manos dormidas
Y rojos labios resecos de placer.

No soy el desayuno ausente,
Cena compromiso olvidado,
Caro juguete de tus deseos,
Ni peón de tu reino.

Mira en mí al amante
Que te hace estrella del universo
Junto al gemido de tu cuerpo
Y tus ojos al cielo perdidos.

No soy la revista que compras,
Pasatiempo de tus tardes,
Crucigrama de tus inseguridades,
Ni página de moda desechable.

Mira en mí al amor recíproco
Que escondes tras tu pecho
Junto a tus poemas escondidos
Y que llevan siempre mi nombre.

l.q.q.d

Rectas paralelas (||),
matemática del infinito,
saco de lo desconocido,
y la simple di / vi / sión
nos lleva a la ínfima fracción
de nuestros teoremas de amor.
Ya nuestro sistema de coordenadas
es bivalente (tú allá, yo aquí),
no cartesiano,
en cuatro dimensiones vivimos
desfasados en el tiempo (t).
El exponente que fueron nuestros besos
se confunden hoy con la raíz cuadrada
de un número imaginario.
Sacando la cuenta de los porqué
termino con cifra negativa,
números rojos,
balanza que parte el horizonte.
La aritmética de los sueños
no se refleja en mis realidades,
refracción de la historia,
fuimos un error de cálculo.
l.q.q.d

* l.q.q.d - Lo Que Queda Demostrado

Amor de mi vida

Quizo el azar
que hoy caminara
sobre las cenizas
de nuestros
lugares comunes.
La historia
se repetía
ante mis ojos,
te vi riendo,
abrazando mis abrazos,
visitar los amigos,
llorar un suspiro,
quemar los labios,
trotar libre,
te vi deseando
ser esa bailarina
que traviesa
en las noches
me regalaba
mágicas funciones.
Quiso el azar
que luego
de tanto tiempo,
sin pisar
tierra sagrada
de tu mundo,
asomar mis manos
y palpar la realidad
de tu ausencia,
eterna, cruel.
Quiso el azar
que hoy
mirara atrás,
que disfrutara
los sueños
que tuvimos,
las realidades
que vivimos.
Y es que
de tanto
velar por
olvidar lo sufrido
te recuerdo más,
huella profunda
en mis neuronas,
cariño del bueno,
pasión única,
amor de mi vida.

Lejos

He dejado lejos
los mamparos
que separan
nuestras manos,
tu mirada
sembró la
discordia
por un beso
robado
y no hay arreglo,
todo se vuelve
en contra,
la frase ausente;
pero me quedo aquí,
pegado a tu sombra
sin sacudirme
los lamentos,
las lágrimas
que no fuiste
ante el error
de no conocerte.
He dejado lejos
la geografía
de tu cuerpo,
un soplo de viento
grita tu nombre,
mis ojos llueven
y escampan
en esa sonrisa
que me dio
la dicha
de conocerte.

Las metáforas de mi vida

Las metáforas de mi vida
las encontré en tus versos,
alcancé un suspiro nocturno
con cada palabra día a día.
El bosque de mis flores marchitas
renació con las imágenes verdes
que brotan de tu magia infinita
llenando mis cuadernos de pétalos.

El amor de tus latidos

Entraste en mi vida,
poco a poco,
cual mágica miel
del panal de tus besos.
Desde que te conocí
solo vivo rodeado de luz,
con el abrazo de tus ojos
y la sonrisa de tus párpados.
Cada encuentro casual
se transformó en cita,
las carcajadas que te robé
alumbraron la noche
cuando en tu puerta me despedía.
Así pasaron los días,
caminando por nubes tiernas
llevado de tus manos,
y la noche que nos entregamos
salieron estrellas nuevas,
la Luna iluminó tu rostro
con lágrimas felices.
Entraste en mi vida,
intercambiamos el corazón,
y aún hoy, sin tenerte en vida,
escucho el amor de tus latidos.

Créeme

Créeme cuando digo que hoy es un día especial,
que no importa el horario de trabajo,
ni las tareas pendientes, la merienda o el almuerzo.
Créeme cuando digo que es importante que hablemos
sin importar el parte meteorológico,
ni los avisos del cierre de carreteras,
ni la caída de la bolsa de New York o Londres.
Créeme cuando digo que el día no existe si faltas,
que el aire deja de ser respirable sin tu perfume,
que la caída del sol es lúgubre si me faltan tus nubes,
y el mar es agua turbia si faltan tus ojos azules.
Créeme cuando digo que la noche es larga si no existes,
que la ausencia temprana de tu cuerpo enfría rápido las sábanas,
que el cepillo de dientes jamás conocerá de boca tan dulce,
y mi almohada extraña el reposo de tus cabellos.
Créeme cuando digo que en la distancia no tengo consuelo,
que los bares son solo lugares de mesas vacías,
que en las playas solo distingo mis huellas y al lado las tuyas,
y el chat único jardín donde encontrar tus besos.
Créeme cuando digo que te amo más que a mí mismo,
que eres Sol y yo astro que dibuja eterna órbita sublime,
que eres Luna, estrella, cometa, asteroide, planeta, vida,
y después de tanta palabra solo deseo que te cases conmigo.

Mis pasos se pierden junto al mar...

Mis pasos se pierden junto al mar,
tarde en su ocaso de nubes rojas,
y la hiedra de mis recuerdos
asoma paisaje verde en el horizonte.
Las olas que besan las rocas
aventuras de una caricia renacen
instantes mágicos de mi alma.
Y un barco a lo lejos anuncia
partidas sin regreso,
o al menos la demora impaciente.
Se asoma la noche,
una Luna cobija mi espalda cansada,
las estrellas muestran la sonrisa
de todo cuanto he amado,
la mirada que durmió en mis ojos,
el abrazo que fundió cuerpos,
quedo sentado entonces
mirando este mar oscuro
que da luz al amor vivido
despertando nueva pasión
al tenerte soñando a mi lado.

Me olvidé de ti

Me olvidé de ti,
no sé cómo y cuándo,
sólo sé que sucedió.
Me olvidé de tus besos,
tus promesas a medio cumplir,
los abrazos tiernos.
Se perdieron tus miradas
y el sabor de tus labios
no sé dónde los escondí.
Al despertar en las mañanas
mis espejos borraron tu imagen,
hasta tu olor en mi almohada
se ahogó en el sudor de mis nuevas noches.
No sé hacia donde fueron tus gemidos,
fondo musical de los días en silencio,
me sorprende olvidar
hasta tu nombre.
Mis manos reposan sobre otro cuerpo,
el tuyo ni lo recuerdo,
y es dentro de esta loca amnesia
que me olvidé de ti.

Abracé tus labios

Amar tu sonrisa es luz de mis días,
mi corazón jardín de tus besos,
cielo donde despliegas alas
hacia lo maravilloso de nuestros sueños.
El camino empedrado de nuestras vidas
nos presentó en la más extraña de las noches
y cruzamos miradas que detuvieron el tiempo.
Fue un despertar, mis palabras resurgieron,
mis versos navegaron en ti
y abracé tus labios sediento.

Necesito de ti

Necesito creer en ti,
desalojar las dudas que habitan mi mente,
despojar tus labios de todo veneno
tras el instante de un furtivo beso.

Necesito confiar en ti,
evitar el vacío de sentimientos,
rozar tu cálida voz con mis oídos
y lanzar un te quiero sin reservas.

Necesito descansar en ti,
posar mis brazos alrededor de tu cuerpo,
caminar por la rivera de tus sueños,
atrapar tu sonrisa mariposa suspirando flores.

Necesito pensar en ti,
fundir nuestras sombras un día,
sentarnos en el parque de nuestra vida
y quebrar la distancia que nos aleja.

Necesito de ti, irremediablemente.

La estrella que habitas

Tus espejos a lo lejos regalan una imagen
de ojos color melancolía, lirismo inevitable,
rostro hundido en la paz de tus pensamientos,
fantasmas que tu extenso mundo habitan.
Esa mirada que siempre navega hacia el infinito
desplaza versos por el mar de tus ideas sublimes,
poesía más que rima desnudo de alma profunda.
Y la vida te sonríe más allá de tus sonrisas,
el tiempo se inclina a la balanza de tus manos
regalando luz cada día con la estrella que habitas.

Revivo

Te busco donde el amor se une con la fantasía
dejando tu rostro a merced del azar navío de mi tiempo.
Llevo tatuada perfecta imagen de un paraíso con nombre
luz de mi retina, sucesión de mis estaciones,
y la madrugada que reclamo envuelto en ti
es aurora boreal de un pasado amasando cuerpos,
lluvia que se funde en mis manos exploradoras de tu figura,
azul espacio de tu vientre y sonríes sublime mojado verso.
Las horas que talé son el eco de tus ojos,
minutos perforando el ataúd de mis labios reclamándote,
fantasía que dejas tras tu voz cáliz de mi sangre y revivo.

Cavidad de sentimientos

No soy la respuesta de mis actos,
el cosmos se agolpa en mis sienes
buscando palabras que no me convencen.
Es esta ciudad que estruja sentidos,
soy ciudadano común de sus días
que no tienta a la suerte,
mortal alma que añora tierra firme.
Los autos se alejan (también se acercan)
sacuden los charcos de una lluvia
espantando las gotas de un pensamiento.
No soy la ruta de mis sueños,
en algún lugar me perdí,
ando tras los pasos de alguien
que mis manos soltó a mitad del camino.
Entonces la conjunción de voces extrañas
me convidan a mirar a los ojos
certeros guardianes de las verdades.
No soy el café de la mañana,
ni el dentrífico que compartimos,
ruleta de números y colores borrosos,
saco de huesos y carne pidiendo un corazón
en la cavidad ausente de mis sentimientos.

Tus besos arcoiris

No sé porqué te nombro,
ni cuál es la causa de tanto recuerdo,
si solo fuiste rostro fugaz de mis noches.
La música tal vez te rescata del pasado,
río sin desembocadura,
diluvio sin arca de Noé.
El misterio de tus besos arcoiris
es el grito que se oculta en el murmullo
de tus gemidos podados con el tiempo.
Y no sé qué hago abriendo mis brazos al aire,
mis dedos no olvidan tus centímetros,
piel más que piel tapiz perfecto de pasión vida.
Así quedaste, sin despedidas ni tiempo,
solitario antifaz de estrellas en éxtasis,
total ausencia de palabras.