Las metáforas intranquilas dormirán dentro de una semana... para no volver y tal vez algún día renacer cuando despierte aquello que ha quedado en lo profundo

lunes, 27 de septiembre de 2010

No más poesía

Las costuras de un traje sin prisas
escultura al travieso mar rugido es
cuando de virtud añeja la memoria
escupe las palabras olvidadas,
la realidad mustia que ignoro
para adentrarme en voluntarios espejismos.

No quiero más poesía, no más metáforas
para adornar mi vida plagada
de paredes falsas, aire sin oxígeno.
Abandono el verso, el vocablo inútil,
toda hermosura que ciega las neuronas
con las falsas esperanzas
de eternas felicidades atrapadas
bajo un vientre plagado de mariposas.

Quiero abandonar mi esencia,
dejar atrás este vellocinio vedado
a las pasiones sin fundamentos de olvido.
Un rastrojo de mis pasos en falso
será el escalón al Olimpo de mi ausencia,
un silencio sabor adiós a mi conceptos de belleza
y los latidos inservibles de mis versos
atrás los dejo en aras de respirar vida.
Necesito abandonar mi cuerpo,
Reagrupar mis neuronas, volver a nacer
y solo entonces ser dios en mi tierra.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Te viví


Siento
que te viví
en otro tiempo,
que cada palabra
la dije
en vida pretérita
donde nos conocimos.


Y te pienso,
sueño y figuro,
cual recuerdo
que no cesa
de llover
en mis adentros.
Me imagino,
tal vez,
que apareciste
para diluir
mi vida
en tus aguas
y sonrisas,
que viniste
volando hacia mí
buscando refugio
de metáforas
y labios en versos.


A estas alturas
ya nada importa,
estás presente,
de alma viva
rondando mi cuerpo,
floreces con caricias
sabor distancia
y la lágrima feliz
que asoma
a tu rostro
llega hasta mí
cual gota de agua
que arrastra el viento
de viajeras olas
rompiendo ardientes
en mis arrecifes.

Tus colores


Sobre mar rojo
descansan dos luceros verdes,
me atrapan en viaje sin regreso
hacia el borde mismo
de tus labios color paraíso.

Frontera eres de mis anhelos,
único y nuevo derrotero
de mi nave bojeando tus costas.
Cierro los ojos y te veo,
como imágen estampada
en el reverso de mis pápados,
no escapas de mis sueños
ni de mis rojas ansias.

El perfil de tu mirada
arroja colores de nueva fantasía,
impulsa las horas de mis días
y en tus brazos de esperanza
respiro nueva vida seducido.

Musa y alas


Una musa
baila sobre patines
y florece en el hielo
con destello de sonrisas.
Las piruetas de palabras
destacan suave brisa
que son sus ojos
pétalos de mi vida.


Una musa
camina sobre mis hombros,
vuela entre mis brazos
y ama en la distancia.
Sus lágrimas
son lluvia de mis tardes
y la sonrisa
eterno paisaje de primavera.


Una musa
ha conquistado el edén,
destino de sus abrazos.
Mundo que me regala
con su verso y espejos,
libertad de alcanzar el cielo
tomado de sus alas,
me permite soñar y vuelo...

Cuenta regresiva


Hay un vacío de ti que aguarda
dentro de mis epiteliales.
El bosque que plantaste
fue leña en mi incendio,
voraz llama que arrasa
con la serenidad ilusoria
de mis últimos años.

Posar mis ojos en el mar
de olas tan verdes
como todo cuanto sé de ti,
es descansar en el vaivén
de mis sosegadas palabras,
dejar atrás la muchedumbre
y raptar tu imagen lejana.

Harto difícil es caminar
sobre la eterna esperanza
de ir manos tomados
por la feliz avenida
de nuestros sueños.

Y me entrego a mi futuro
con las ansias de nunca
en pos de construir mi vida,
te conviertes en flor ávida
de mis labios mojados
tatuando en mis brazos
la cuenta regresiva
de nuestro encuentro.

Morir y vivir juntos


Denn -- Adrian Seijas


Estoy muriendo,
mis días siguen
en una tumba
con un epitafio que reza
"Mientras vivió, fue feliz
pues existió un poeta
que la convirtió en Luna".

Luna en el cuarto menguante
de tus sentimientos.
Luna creciente
de tus alegrías.
Luna llena
del aire que respiras.
Luna nueva
tras cometa de tus ojos.
Luna que va muriendo de a poco,
sucumbiendo ante tu vida,
que me llena, me cautiva,
me mata y me resucita.


Luna que te devuelve vida,
con cada verso, cada risa.
Estalla en luces y sombras,
dispersa vive, dispersa late,
prisionera en cadenas de besos
grilletes de flores.
Y arde... y espera
la palabra del caballero
que bañe su vida con fresas,
que la haga dueña del sol
y cautiva de su nobleza,
que la abrace con su alma
y la vuelva primavera.


Estación que no sabe
del amor pereza.
Epitafio tranquilo
de las noches con Sol
y nubes despiertas,
anhelo de tu alma
del edén fruta fresca,
abrazo que navega en ti
mar de pecho abierto,
corazón de las mareas.
Y de ellas soy náufrago,
que me arrastran y me llevan,
me devuelven, me dan vueltas,
me arrullan entre tus letras.


Voy despacio, muriendo
con esta muerte tan lenta
destilando dulce savia
suspiro de tus estrofas.
La bandera a media asta,
capitular ante tu sombra,
estrofa de incógnita belleza,
y el delta de tus manos
es llanura azul
donde mis dedos reposan.
Hasta que vuelvo
y me hago espejo de aquél
deseando sólo su abrazo
entre estrellitas de miel.

Reflejo de gotas
de párpado abierto,
panal caricias soñadoras,
constelación centro del universo,
estrella fugas de los abrazos.
Alzas el vuelo hacia
mundo nuevo
gobernado por tus miradas.
Escapa del cuerpo el aire vital
que en suave brisa
recita tus distantes vocablos.
Y una cascada de metáforas
nace en ti, cual ave fénix
que resurge de sus cenizas.
y vuela...y siente... y vibra...
con cada letra esculpida sobre mi pantalla.
¿Qué tan feliz me hace tu presencia?
Se está llevando mi alma hacia tu alma.

Los días son los segundos
en que miras al cielo
esperando lluvia tierna
de mis lejanas metáforas.
Eterno verano de playas
de aguas verdes soñadoras,
y se detiene el tiempo
con los deseos
del abrazo desconocido
y alas que unan
nuestros mundos.
Cada centímetro
entre las fronteras
se desplaza raudo
hacia el espacio virtual
de una cuarta dimensión
donde los versos
nos acercan.
Tan peligrosamente
que me hacen soñar temprano
y yo pueda encontrar mi muerte
tendida, pero a tu lado.
Donde brillan los colores del arcoiris,
y el templo donde tu cuerpo yace
es magestuosa mansión de rosas,
cálido jardín donde las nubes nacen.

Y en ese lugar de ensueños
yo quisiera estar ahora
empapándome de vos

como tu sierva o señora,
libre ave por tus dominios
que con mágico canto
calmas las tormentas,
rehaces las estaciones.
Dibujas en el vivo óleo
la despedida de las tristezas
con renovado pincel
de tus ansias nuestras.


Que son tuyas y mías,
por favor quiero ir con vos
y olvidarme de mis días.
Ábrazame un rato así
aunque sea en la distancia.
Ahí estás para calmarme
y abrigar todas mis ansias
vibrando bajo las olas
de tu cabello encendido,
lanzar un abrazo sabor poesía
y mis manos en ese vuelo
largo que acaricie piel
que ruboriza y encanta.
Y te calmo,
como el oasis y la sombra
al cansado viajero.
El ártico no existe
por el deshielo de sus costas
ahora tomadas por cada verbo,
adjetivo y sustantivos
que de tus labios proviene.

Necesito ese abrazo,
ese abrazo poesía
de pieles ruborizadas
y también melancolía.
Necesito de tu calma
que va apaciguando la mía
coronándome de estrellas,
llenando mi alma vacía.

Acércate entonces,
que cada palabra que inspiras
te la devuelvo
en mar de besos y flores.
Una sola vida no basta
para abrazar tu alma
y llenarla de toda pasión
que tus brazos reclaman.
Y de esta manera tan suave,
entre sueños y metáforas
yo fui cerrando mis ojos
para fundir mi alma
en tu alma poeta.


Me estoy muriendo...

Y yo te socorro,
si hay que morir
que sea juntos.
¿ Morirías conmigo
o sólo se trata de un sueño
plagado de fantasías,
como somero producto
de una simple poesía?
Morir contigo es vida.
Si morir en vos es sueño, no quiero.
Entonces mejor vivir
para siempre estar juntos
en la realidad y los sueños.

Sembrando estrellas


Sabia naturaleza
respiran tus ojos.
El hielo que bajo tus pies
suspiró tus patines
regala sonrisas,
reflejo de las tuyas
ante cada aplauso
del público arrancado.

El tiempo multiplica edades,
desfallece fronteras,
trofeo de tu belleza.
Cada verso
que de ti emana
es pieza del dulce rompecabezas
que es descubrirte
palmo a palmo,
lágrima a lágrima,
y alas sembrando estrellas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Te amé

Fue el grito de tus ojos un silencio
la desnudez propia del desengaño,
fueron años, increíbles años de ensueño,
mágica mirada absorta en paraísos de metáforas.
Amé cada respiro de tus frustraciones,
el abrazo que no por lejano sentí tan adentro,
fugaces los desencuentros de temperamentos
y situaciones colmando el límite de la paciencia.

Sin embargo, allí estuve desde mares adyacentes
culminando en nube y temporales blancos
la sublime costumbre de pensar en ti, soñarte...
No niego las horas buscándote,
ni el vendaval de emociones que descubrí contigo,
amo cada retazo de nuestra historia
salvada de los recuerdos condenados al olvido.

Eres la obra maestra que no sucumbe con los siglos,
tal vez un cometa que surgió de la nada
para iluminar la oscuridad del firmamento,
breve, pero tan intenso como el camino labrado
en la raíz de mi vida conociéndote.

Amo cada rincón de espasmos nocturnos,
la risa que sobrevoló arrecifes en pos de un beso
y quedo así de brazos abiertos alejándome
de tu alma ceñida de universos,
buscando nuevos horizontes que han de hacerme feliz
como cada segundo soñé sería contigo.

jueves, 22 de octubre de 2009

El arcoiris de un sueño

Saturno de anillos prohibidos,
Urano de colores nobles,
cometa deslumbrando horizontes,
surcas el espacio reservado
para dioses acomodados en su Olimpo.

La Luna es rebelde
cuando la noche conoce de tus pasos
y el Sol es ausencia de la tarde
cuando acudes a una playa lejana
liberando el arcoiris de un sueño.

Manantial de amor infinito

¿Quién dijo que eres mía?
Eres libre como el viento,
sedienta estepa
de mis abrazos lluvia.

¿Quién te hizo musa?
Eres la no división de ti misma,
íntegra en todos los sentidos,
manantial de amor infinito.

¿Quién habló de olvidos?
Eres la reencarnación del tiempo
que transcurre si de tus labios
se desprende mi nombre.

¿Quién vislumbró ocasos?
Eres amanecer que no expira,
candil de milenios volviendo melodía
el latir de nuestras vidas.

El umbral de tus ojos

Trémula la mirada vaga
entre barricadas de incomprensiones
y una lágrima que solo el color
de la noche conoce
rueda desde tus gritos silentes
hacia la risa espontánea.
Las multitudes varoniles
quedan mojigatas en tu superficie,
debajo de la piel el alma encantada
reino a poblar con nuevos amaneceres.
Y así vas, haciendo sombra con tu estatura
doblegando conceptos de belleza,
renovando en todos la existencia
al traspasar el umbral de tus ojos.

Desconocida y eterna

No te conozco,
sin embargo te pienso.
No sé nada de ti
y te encumbro, te corono de rosas
elevándote al Olimpo.
No necesito más
que el despertar de tus ojos en mis labios.
No reparo en buscarte,
quiero conocerte,
disolver mi piel en tu esencia.
No sé nada de ti
y te hago diamante, mágico bálsamo
de la eternidad soñándote.
No te conozco,
no importa...
te busco para crear juntos
una nueva dimensión en nuestro universo.

Las ventanas de tu alma

Son las ventanas de tu alma
el camino abierto a una plegaria.
Si sonriendo reverdece el césped
que bajo tus pies te saludan
el mundo no es más que jardín
a merced de tu esencia.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Ríos de indiferencia

Con ríos de indiferencia
se colman los días con tu ausencia,
desde la febril noche loca
hasta la más fría de las lunas
cubriendo silencios sin risas.

Queda un tiempo estampado
en remembranzas de distancias
evaporadas con palabras enardecidas,
y entre líneas un adiós con desgano
simplificó el tiempo que ya no vuela.

Así fue el final de cuanto fue verso,
pasión, beso viajero de millas náuticas.
Desapareces en el presente,
cuando en mi regazo aún late la poesía
que te hace recuerdo viviente.

Deshago tu nombre en luces de colores,
cultivo nuevo jardín cubriendo tu espacio
en pos de la felicidad que un día
rehizo mi alma viviéndote, soñándote.

Sueños de papel

Te pensé distante como el Sol,
en riveras añejas extrañándome.
Cuán grande la tardía comprensión
del cierre de tus fronteras
a mis palabras, al vacío relegándome.

La realidad es un pozo incoloro, profundo,
locuaz transparencia del tiempo perdido
agujero negro de mi poesía y metáforas.
Sin más legado que mariposas grises
el mar no es suficiente para ocultar
las ruinas de tus monumentos.

Los relojes no se detienen,
las velas persisten luminosas consumiéndose,
te detuviste en la página del prólogo
sin más deseos que tu curiosidad adolescente.
Cierro los ojos a tu piel de nieve,
tu voz de lira y tus cabellos encendidos.
La vida no espera por mí, tú, nosotros,
menos por sueños de papel.